El Escudo grande del Rey de España, comprendido entre el año 1700 hasta 1761 es la versión con los Collares del Toisón de Oro y de la Orden francesa del Espíritu Santo.
Tras la muerte de Carlos II (Casa de Austria) sin descendencia, la titularidad de la Corona de España pasa a su sobrino-nieto, y nieto a su vez de Luis XIV de Francia, Philippe d’Anjou, siendo el primer miembro de la Casa de Borbón en España. Al ser nombrado rey de España, Philippe cambia su nombre a Felipe, mientras que el apellido francés Bourbon se castellanizó como Borbón.
El Escudo grande del Rey de España esta comprendido por tres reinados:
Felipe V (1683-1746) |
el Animoso |
Luis I (1707-1724) |
el Bien Amado, el Liberal |
Fernando VI (1713-1759) |
el Prudente, el Justo |
Reinado de Felipe V
Rey de España, Nápoles, Sicilia y Cerdeña, Duque de Milán
y Soberano de los Países Bajos.
Felipe V de España, conocido como «el Animoso» nace en Versalles, Francia el 19 de diciembre de 1683 y fallece en Madrid el 9 de julio de 1746, fue rey de España desde el 16 de noviembre de 1700 hasta su muerte en 1746, con una breve interrupción (comprendida entre el 16 de enero y el 5 de septiembre de 1724) por causa de la abdicación a favor de su hijo Luis I de España, fallecido prematuramente el 31 de agosto de 1724. Su abuelo fue el rey francés Luis XIV y sus padres el Gran Delfín de Francia, Luis y María Ana Victoria de Baviera.
Como bisnieto de Felipe IV, fue el sucesor del último monarca de la Casa de Austria, su tío-abuelo Carlos II, por lo que se convirtió en el primer rey de la Casa de Borbón en España. Su reinado de 45 años y 3 días (en dos periodos separados) es el más prolongado en la historia de la monarquía española.
Heredó el trono español al morir Carlos II (último monarca de la casa de Austria o Habsburgo en España) sin descendencia y nombrarlo éste como heredero a su muerte en 1700, convirtiéndose así en el primer Borbón de la línea dinástica española con la condición de que la nueva dinastía no podría jamás unirse con la francesa. El 16 de noviembre de 1700 juró como rey de España ante las Cortes castellanas en el Palacio de Versalles.
Este nombramiento no agradó a los Austrias que veían con derechos más legítimos para el trono al archiduque Carlos, lo que provocó un enfrentamiento entre el rey de Francia, Luis XIV, el emperador de Austria y los países aliados de ambos bandos. Esta llamada guerra de Sucesión de España terminó con los Tratados de Utrech en 1713 y con el de Rastadt al año siguiente, en los que se reconocía a Felipe como rey de España pero a cambio se perdieron los territorios europeos en Italia que pasaron y en los Países Bajos que pasaron al Imperio y a Saboya respectivamente, se cedía Menorca y Gibraltar a Gran Bretaña y se entregó a Portugal la colonia del Sacramento.
Hasta mediados de la segunda década del XVIII, la política de Felipe V estuvo muy marcada por la influencia francesa a través de Orry y de la princesa de los Ursinos. Bajo su reinado se inició la renovación de la cultura en España, en ciencias, literatura, filosofía, arte, política, religión y economía. En 1712 aún no acabada la guerra de Sucesión, se fundó la Biblioteca Nacional; un año después, se creaba la Academia de la Lengua y, más tarde, las de Medicina, Historia… todas ellas a imitación de las Academias francesas
En política interior se ocupó de la creación de secretarías y de intendencias así como de llevar a cabo una centralización y unificación administrativa con los Decretos de Nueva Planta, aboliendo los fueros aragoneses y valencianos
Tras la muerte de su primera esposa, María Luisa de Saboya, Felipe contrajo de nuevo matrimonio en 1714 con Isabel de Farnesio, que le dio siete hijos: entre ellos el que sería Carlos III, y Felipe, duque de Parma. El nuevo matrimonio supuso un cambio del influjo francés por el italiano, realizando a partir de entonces una política que solicitaba una revisión de lo pactado en Utrech y la recuperación de los territorios italianos. El Cardenal Alberoni dirigió en un primer momento esta política reivindicatoria, pero la Cuádruple Alianza integrada por Gran Bretaña, Francia, Países Bajos y el Imperio, puso fin a estos intentos. Se fracasó asimismo en los intentos por recuperar Menorca y Gibraltar.
En enero de 1724, Felipe V abdicó de forma inesperada en su hijo Luis, primogénito de su primer matrimonio con María Luisa de Saboya, pero tras la temprana muerte de Luis I, en agosto del mismo año, Felipe volvió a reinar España.
Este segundo reinado de Felipe V supuso un cambio en la política anterior a su abdicación, con miras más españolas que italianizantes y rodeándose de ministros españoles. Entre ellos, José Patiño, político, diplomático y economista; José del Campillo, hacendista; y, luego, el marqués de la Ensenada, gran político y magnífico planificador de la economía.
La alianza familiar con Francia a través de los Pactos de Familia hizo que el ejército español ayudara al francés en las guerras de Sucesión polaca y austriaca, y posibilitó que el hijo mayor de Isabel de Farnesio, Carlos, se convirtiera en rey de Nápoles y Sicilia, llegando a ser también más tarde rey de España como Carlos III; y el otro, Felipe, en duque de Parma, Plasencia y Guastalla.
El 9 de julio de 1746, Felipe V murió en Madrid, sucediéndole en el trono su hijo Fernando VI. Por expreso deseo del monarca, su cuerpo fue enterrado en el palacio de la Granja de San Ildefonso.
Al gobernar aprendí a pasar de la ética de los principios a la ética de las responsabilidades.
Reinado de Luis I
Luis I, llamado «el Bien Amado» o «el Liberal», primer Borbón nacido en España, vio la luz el 25 de agosto de 1707 en el palacio del Buen Retiro. Hijo de Felipe V y de María Luisa Gabriela de Saboya. A los siete años de edad quedó huérfano de madre y una rígida tutela a cargo de la princesa de Ursinos y del desamor de su madrasta, Isabel de Farnesio, hicieron que su infancia fuera triste y desgraciada.
En 1709 fue proclamado príncipe de Asturias y en 1722 se casó con Luisa Isabel de Orleans, hija de Felipe de Orleans, regente de Francia.
Felipe V abdicó inesperadamente, en enero de 1724, en su hijo Luis, cuando éste contaba con diecisiete años, inexperto y no preparado para reinar.
A pesar de que su padre seguía sus movimientos desde el Palacio de la Granja de San Ildefonso, Luis se rodeó durante su escaso reinado de una serie de tutores que intentaban separarlo de la influencia paterna dando un giro a su política, despreocupándose de la recuperación de las posesiones italianas perdidas en la guerra de sucesión y centrándose más en América y el Atlántico.
Pero la política de Luis I quedó inédita, ya que el 31 de agosto murió de viruelas, a los siete meses de subir al trono. Felipe V asumió entonces por segunda vez el gobierno de la corona española.
Su cuerpo recibió sepultura en el Panteón de los Reyes del monasterio de El Escorial.
Reinado de Fernando VI
Fernando VI de España, conocido como «el Prudente» o «el Justo» nació el 23 de septiembre de 1713 en Madrid y fallece en Villaviciosa de Odón, el 10 de agosto de 1759, fue rey de España desde 1746 hasta 1759, tercer hijo de Felipe V y de su primera esposa María Luisa Gabriela de Saboya. Se casó en la Catedral de San Juan Bautista de Badajoz con Bárbara de Braganza en 1729, que fue reina de España hasta su muerte en 1758.
Fue jurado príncipe de Asturias en 1724. Cinco años más tarde se casó con Bárbara de Braganza, hija de Juan V de Portugal y de la archiduquesa Mariana de Austria.
En 1746 heredó el trono español a la muerte de su padre. Fernando no era un hombre de gran talento, pero tenia las cualidades necesarias para ser un buen monarca: rectitud de carácter, sentido de dignidad y saber escoger a sus colaboradores. Su política fue la de sus ministros, muy eficaces y con programas reformistas de gobierno como el marqués de la Ensenada, -partidario de la alianza francesa-, que ejerció varias secretarías; José de Carvajal, -partidario de la unión con Inglaterra-, como secretario de Estado; o el jesuita Francisco Rávago como confesor real.
Su reinado se caracterizó por el mantenimiento de la paz y la neutralidad frente a Francia e Inglaterra, mientras ambas intentaban la alianza con España. Esta situación fue aprovechada por el marqués de la Ensenada para proseguir los esfuerzos de reconstrucción interna iniciados en el reinado de Felipe V. En 1754 este equipo de gobierno desapareció con la muerte de Carvajal y con el alejamiento motivado del marqués de la Ensenada, y la desposesión del confesionario regio del padre Rávago.
El gobierno posterior, encabezado por Ricardo Wall, más anglófilo, se encaminó hacia la ruptura de la neutralidad anterior.
En el interior del país se fomentó la construcción naval para la Armada, la construcción de caminos, canales y puertos.
Fernando VI siguió en la línea de fomento de la cultura iniciada por sus antecesores, con medidas que posibilitaron la penetración de la Ilustración y la ruptura definitiva del aislamiento en que estuvo sumida España desde 1559. Prueba de ello, fue, entre otras, la fundación de la Academia de San Fernando de Bellas Artes en 1752.
La política americana era muy productiva en sus aportaciones al tesoro del reino. Pero este equilibrio se vio amenazado debido a una expedición de portugueses que se asentaron en la colonia de Sacramento, al norte del río de la Plata, poniendo en peligro el comercio y la seguridad de la zona. Para solucionar este problema con Portugal, Carvajal negoció un cambio de posesiones para llegar a un acuerdo pacífico, reflejado en el Tratado de Madrid de 1750, según el cual los portugueses cedían la colonia del Sacramento, pero a cambio se cedían territorios cercanos donde estaban asentadas varias reducciones jesuíticas de los indios guaraníes que tenían que ser deportados a otros lugares y eran hostiles a ser dominados por Portugal, estableciendo los límites geográficos de ambos países en aquellas colonias.. Las resistencias de los indios y ciertos informes de algunos jesuitas con este motivo de las reducciones prestarían argumentos contrarios a la Compañía de Jesús a la hora de su expulsión. Ensenada acudió a Carlos, futuro Carlos III, para que protestase ante su hermanastro cancelándose el tratado de límites, pero esta maniobra supuso la caída de Ensenada.
Por otra parte, el regalismo alcanzó pleno éxito en el Concordato de 1753 con los Estados Pontificios, beneficioso para el control de la Iglesia puesto que atribuía al rey el patronato universal.
El último año de su vida, y a consecuencia de la muerte de Carvajal, de la reina y el destierro de Ensenada sumieron al rey en la locura, siendo recluido en Villaviciosa de Odón, Madrid. Con una España sin rey y una administración paralizada, la monarquía siguió funcionando hasta que llegó de Nápoles su hermanastro Carlos para hacerse cargo del trono una vez que falleció FernandoVI, sin descendientes, el 10 de agosto de 1759, con cuarenta y cinco años de edad y trece de reinado.