El campo español lanza un SOS desesperado en una movilización histórica. Decenas de miles de agricultores, ganaderos, regantes, pescadores, cazadores y gentes del mundo del toro participan en la marcha de Madrid.
EDURNE MARTÍNEZ y MELCHOR SÁIZ-PARDO
CREADA. 20-03-2022 | 15:15 H
FUENTE. EL CORREO | Publicación EC
Fue un grito de auxilio en una manifestación sin precedentes. Decenas de miles de personas -más de 100.000, según las primeras estimaciones de Delegación y 400.000 según los convocantes- inundaron este domingo el centro de Madrid en la que fue la mayor protesta del mundo rural de la historia de España. Una marea de gentes de lo más ecléctica. Personas de muy variada clase social pero con un denominador común: su orgullo de ser de campo. Esa muchedumbre movilizada por la plataforma ’20Mrural’ tomó el corazón de la capital de España para reclamar de los poderes públicos y de la ciudadanía ayuda -que no «caridad» ni «limosnas»- para poder seguir con su modo de vida. Fue una marcha ruidosa, pero no festiva, porque la zozobra por un futuro más que incierto lo copó todo.
Los gritos contra el Gobierno, que fueron muchos, también se mezclaron con peticiones desesperadas. Un «SOS» para no dejar «morir el mundo rural», «asfixiado» desde hace años en algunos casos, y meses en otros, por el aumento del coste de los carburantes, de la electricidad, de las materias primas y por la sequía. También en las últimas semanas y días por el incremento de precios del cereal para las bestias por la invasión de Ucrania y la huelga de los transportistas, que impide sacar a los mercados la producción del mundo rural.
El objetivo de los convocantes de que conseguir una protesta masiva y transversal se consiguió sobradamente. Pocas manifestaciones en España han concitado la respuesta de tantos colectivos como los que se vieron este domingo sobre el asfalto del Paseo de la Castellana: agricultores, ganaderos, regantes, pescadores, cazadores, gentes del mundo del toro, pequeños empresarios de turismo rural, apicultores…
Diferentes profesiones y diferentes orígenes, porque este domingo en la principal arteria de Madrid fue imposible no encontrar la bandera de una comunidad autónoma, aunque predominaron las enseñas nacionales y los estandartes de los gigantes sindicales del campo, COAG, ASAJA y UPA.
A bordo de 45 tractores, de varias carretas, de burros o a caballo, rodeados de gallinas, vacas u ovejas y tras el lema ‘El Mundo Rural despierta’ las consignas, gritos y pancartas fueron tan variadas como los colectivos que participaron en esta marcha histórica. Aunque la plataforma ’20Mrural’ insistió en su carácter apolítico, lo cierto es que fue visible la presencia de conocidos rostros de la oposición como los ‘populares’ Cuca Gamarra, Fernando López Miras o Esteban González Pons; el líder de Vox, Santiago Abascal (que vuelve a las calles tras la concentración de su partido el sábado en Madrid para protestar por la carestía de precios) ; o Edmundo Bal, de Ciudadanos.
'Marea naranja'
Las críticas y ataques al Gobierno también se vieron y se escucharon por doquier. «Sánchez traidor», «Gobierno de lobos, pueblo de Borregos», «fuera los ministros que atacan el campo», «Podemita y ecologista de salón, vente a vivir al pueblo como vivo yo» … Particularmente duros con el Ejecutivo socialista fueron sobre todo los cazadores. La ‘marea naranja’, el color elegido por el colectivo cinegético, tuvo entre «ceja y ceja» la ‘Ley de bienestar animal’ y «las restricciones al mundo de la caza», que «amenazan con acabar para siempre con miles de puesto de trabajo en un medio rural que ya está en coma». Las voces contra los partidos que apoyan la prohibición de la caza del lobo también se dejaron oír fuerte, casi tanto como la de los profesionales que viven del toro de lidia, que tampoco ahorraron embestidas a los dos partidos del Ejecutivo central.
Pero más allá de reivindicaciones más o menos políticas, los mensajes fueron gritos desesperados de gentes que no ven la forma de salvar su modo de vida si no cambian las cosas, las leyes y la forma de mirar a la economías del campo. «Ganaderos contra las cuerdas», «Nos están matando de hambre», «En defensa del olivar y sus socios», «Soy mundo rural y soy tauromaquia», «La supervivencia del campo es de todos»… Un esqueleto sobre el que colgaba un cartel con la leyenda «Agricultor español, SOS» y una esquela que anunciaba la «Muerte de don Mundo Rural tras 10.000 años de vida», resumía gráficamente la inquietud que se respiraba.
Llamadas de atención de unos trabajadores que dejaron también claro en la gran ciudad que no quieren que los urbanitas les regalen nada porque, como recordaba una de las pancartas más recurrentes, «Si el campo muere, la ciudad no come». «Queremos soluciones, no subvenciones» o «Por un mundo rural vivo y sin limosnas», fueron otros los carteles y lemas que se dejaron ver y oir por todo el recorrido. Esos poco más de 4 kilómetros que separan la Plaza del Emperador Carlos V, frente al Ministerio de Agricultura en Atocha, hasta la Fuente de San Juan de la Cruz, a las puertas del Ministerio de Transición Ecológica, estuvieron llenos de colorido, pero el ambiente no fue festivo en ningún momento. La zozobra de los manifestantes, como el cielo plomizo que este domingo lució Madrid, se impuso a las tamborradas y el constante ruido de los cencerros que acompañaron la marcha desde el inicio.